miércoles, 15 de junio de 2011

Hotel Castell d'Ampordá

Hacía tiempo que quería conocer Girona y fue en el verano de 2008 cuando decidimos quedarnos en España y viajar hasta allí. Salimos desde Gijón e hicimos noche en un hotelito-bodega de Logroño. Aprovechamos para tomarmos unas ricas tapas, tomarnos un vinito y darnos una vuelta por la ciudad. A la mañana siguiente emprendimos la marcha y llegamos a este impresionante castillo situado en lo alto del pueblo de La Bisbal en el bajo Ampurdán.

El pueblo no tiene demasiado atractivo (o yo no se lo supe encontrar) y me decepcionó un poco. Pero si lo que buscas es relax y escaparte del mundanal ruido este puede ser un buen lugar para lograrlo. Su dueño, el holandés Albert Diks, compró este castillo prácticamente en ruinas y junto a su mujer lo rehabilitó y convirtió en un pequeño hotel de 38 habitaciones en el año 2001. En la parte del castillo se encuentra la recepción, el bar chill out, el restaurante y toda la zona de jardines y piscina. Si no recuerdo mal, creo que también había alguna habitación, pero tenían unos accesos algo difíciles. El grueso de las  habitaciones se encuentran en un edificio anejo y moderno al que hay que llegar a patita subiendo unas escaleras (y con las maletas...). Una vez en él ya se dispone de ascensor para moverse libremente. La decoración es algo exótica con una mezcla de estilos que van desde lo rústico, lo vanguardista, lo oriental... que le confieren una gran personalidad.






Nuestra habitación era amplia y cómoda, aunque las almohadas eran demasiado altas y a mí me resultaron algo incómodas y no hubo posibilidad de que me facilitaran otra. El baño era muy modernillo y estaba semiabierto a la habitación. Una de las cosas de las que guardo mejor recuerdo era el momento del desayuno. Puede que sea una de las comidas del día de las que más disfruto, si además puedes tomarlo al aire libre y rodeada de naturaleza es todo un lujazo. El desayuno era variado, con fruta fresca, bollería recién hecha, todo tipo de panes (estaban buenísimos), mermeladas, embutidos, etc. A mediodía y por las noches era un restaurante abierto al público. Cené dos veces en él, no estaba mal ni mucho menos, pero algunos platos no resultaron del todo convincentes.




Como os decía, el pueblo de La Bisbal no tiene demasiado atractivo, aunque para mí el atractivo era estar cerca de la natureleza y lejos del bullicio de los pueblos más conocidos de la Costa Brava. Además, desde aquí se tiene acceso a zonas de playa como Begur o Fornells. Una tarde nos acercamos a Figueres al Museo de Dalí (llegamos algo tarde y ya había cerrado, una lástima). Y otro par de días los dedicamos a conocer Girona y Cadaqués. Como veis posibilidades no le faltan a este lugar.  Un viaje que nunca olvidaré por muchos motivos... todo ellos buenos. Y vosotros, ¿os animáis?

Precio: desde 135 euros

Hotel Castell d'Ampordá
Castell d'Ampordá, s/n
La Bisbal d'Ampordá (Girona)
Tel.:972 646 254
http://www.castelldemporda.com/

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