domingo, 20 de noviembre de 2011

Auprès du Clocher, una excusa para volver a la Borgoña

Esperábamos que la Borgoña iba a deleitarnos con buen vino y una excelente gastronomía, y eso fue exactamente lo que encontramos en Auprès du Clocher


Los propietarios del hotel en el que nos alojábamos, Le Clos du Colombier, nos recomendaron el restaurante con mucha pasión, así que les pedimos que nos reservaran y allá que nos fuimos a probarlo. Lo cierto es que desde fuera el aspecto es extraño, porque no tiene grandes cristaleras o el aspecto de un restaurante tradicional. Y es que el único "pero" que tiene el restaurante es que es de difícil acceso para gente con problemas de movilidad o con sillas de niños porque hay que subir unas cuantas escaleras hasta acceder al restaurante que está en la primera planta. 

Es imprescindible reservar con unos días de antelación y si lo hacéis, os recomiendo que pidáis una de las mesas junto a la ventana, están en una especie de apartado, y me parecieron muy especiales, muy íntimas. 





El interior del restaurante es clásico pero elegante y conjuga con mucho acierto, las sillas tapizadas con cuadros y esculturas divertidas y muy actuales, que se venden en el mismo restaurante. 

Auprés du Clocher ofrece menús entre 24 y 65€, pero nosotros preferimos comer a la carta. Un personal, escaso, solo dos personas para toda la sala, pero muy amable y eficiente, nos recomendó un vino de Chablis 2007 (29€) que estaba buenísimo. 

Nos trajeron como aperitivo un gazpacho con queso blanco que estaba espectacular. Nos llamó mucho la atención que en casi todos los restaurantes de la Borgoña ofrecían gazpacho, qué irónico que hayan hecho suyo un plato de la comida española que representa una filosofía de vida tan opuesta a la suya. 

En cualquier caso, el gazpacho estaba espectacular. Después, yo pedí un escalope de canard poêlee y mi pareja la piece de filet de bouef rotie, foiegrass poêlee aux moilles. Todo estaba increíble. Parece ser que el restaurante podría tener su primera estrella michelín en breve y de verdad que no me extrañaría porque la calidad de la cocina es realmente buena. 

Y de postre, nos deleitaron con la mejor tabla de quesos que probamos en Borgoña, al mismo nivel en calidad que la de Bernard Loiseau, del que ya os contaremos en otra ocasión, aunque la de este último ofrecía una variedad mucho más amplia. Nos acercaron el carro que tendrá una docena de quesos, del que puedes probar tantos como desees. Nosotros probamos la mitad y todos estaban riquísimos. En ese momento supimos por qué los quesos franceses tienen tanta fama. 


En todos los restaurantes que probamos en Francia los platos son bastante abundantes, así que a no ser que seáis de mucho comer, os recomendamos no pedir un primero porque entre los aperitivos que te ponen y el postre, es más que suficiente. 

Merece la pena volver a la Borgoña solo por volver a comer en este restaurante. Es de los que dejan huella. 

Precio medio 50€ (con vino)

Auprès du Clocher
1 rue de Nackenheim
21630 Pommard 
tel. +33 (0)3 80 22 21 79

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