martes, 20 de septiembre de 2011

Escapada a Oporto

Hace tiempo que tenía gana de hacer esta entrada ya que Oporto es de esas ciudades que te deja un sabor de boca agradable que te dura mucho tiempo, como sus vinos. El verano pasado elegimos Portugal para nuestras vacaciones y volvimos enamorados del país, desde sus playas (como ya os contamos en otra entrada) hasta su gastronomía y, por supuesto, sus ciudades. La primera en la que nos detuvimos fue Oporto ya que hicimos la ruta de Norte a Sur desde Gijón y, a pesar de los incendios de aquel año, lo cierto es que nos gustó el paisaje que nos encontramos en el camino.


Llegamos a Oporto sobre la una de la tarde y nos fuimos directamente al hotel a descargar y refrescarnos para irnos a comer. Nos alojamos en el Eurostars das Artes, un hotel de 4*, situado en la parte alta de la ciudad que es realmente recomendable. Las habitaciones son amplias y la cama es de las más cómodas que recuerdo de todos los hoteles en los que nos alojamos, muy superior a muchos hoteles de cinco estrellas en los que estuvimos. Su decoración, moderna pero acogedora, y el trato del personal, lo convierten en un punto de partida estupendo para visitar la ciudad. Además, el hotel tiene un parking a buen precio, acceso a internet gratuito y ofrece el desayuno en la terraza. 


Después de registrarnos y lograr meter algo en el cuerpo, nos lanzamos a conocer Oporto. En pleno agosto es una ciudad complicada porque hace calor, hay humedad y las cuestas son terribles, pero el encanto de la ciudad hace que se te olvide todo y si de vez en cuando haces un alto para tomar un vino o una cerveza portuguesa, la cosa mejora. 

Oporto nos recordó mucho a Lisboa, con esa decadencia portuguesa que le otorga un encanto peculiar que te engancha. Con edificios sin actualizar, fachadas entre viejas y descuidadas pero uniformes entre ellas que le dan un toque especial.

La zona monumental de la ciudad es la Avenida dos Aliados con edificios imponentes y bien conservados en contraste con la parte baja de la ciudad. Desde aquí, hay un paseo agradable de unos diez minutos cuesta abajo hasta el puerto, donde se concentra la mayor parte del ocio que ofrece Oporto. 

Fotografía cortesía de www.oporto.net


En la parte alta de la ciudad, podéis dar un paseo hasta la Rua do Carmo y ver la Iglesia de las Carmelitas, con sus paredes de cerámica pintada, y acercaros a la librería Lello e Irmao (Rúa das Carmelitas, 144), imprescindible para los amantes de los libros y la arquitectura. Es realmente espectacular y una visita obligada. De estilo neoclásico, la librería posee una imponente escalera de madera en el centro y unas vidrieras espectaculares en el techo que aportan luz a cientos de baldas de madera abarrotadas de libros. 


Fotografía cortesía de www.oporto.net


Al lado de la librería, se encuentra la Torre de los Clérigos. Si no os importa subir sus 240 escalones, tendréis una maravillosa perspectiva de Oporto desde las alturas. Y si entre foto y foto llega la hora de comer, en esta zona hay un montón de terrazas y pequeños restaurantes donde poder detenerse y retomar energías. 


Por supuesto, si visitáis Oporto no podéis dejar de probar su famoso vino. Las bodegas están situadas en la margen del río de Vila Nova de Gaia, a la que se accede cruzando un puente sobre el Duero. Todas ellas ofrecen visitas guiadas y degustaciones. Solo tienes que elegir la que más te guste. Nosotros visitamos Kopke donde ofrecen una carta de cata que se compone de cinco referencias: dos vinos de mesa y tres Portos de distintas añadas, la diferencia entre ellas la marca precisamente esa añada de los vinos y van desde los 12€ y pueden llegar a costar más de 100€. La degustación se sirve en una acogedora sala con vistas al río, en grandes sillones y sofás, sin límite de tiempo y acompañada de chocolates que, en teoría, es lo que mejor marida con estos vinos.


Otra buena opción es el Solar do Vinho do Porto, una casona antigua rehabilitada desde la que tendréis unas vistas increíbles sobre el río Duero y donde podréis degustar vino de Oporto entre 2 y 70€ la copa, otra vez la diferencia la marca el año de la cosecha y te puedes encontrar vinos de más de 100 años. 



Yo os recomiendo visitarlo al atardecer si vais a Oporto en verano, la luz sobre el río es preciosa y el calor se atenúa entre sus jardines. El Solar de Vinho de Porto está en Rúa de Entre-Quintas, 220 y se puede llegar dando un paseo desde el centro. Eso sí, tened en cuenta las inevitables cuestas de Oporto. 

Y entre vino y vino, que ya os advierto que empachan un poco..., también podéis visitar la Catedral de la Sé, palacio de la Bolsa... o coger el tranvía y pasar una agradable tarde de compras en la Rúa Santa Catarina, calle peatonal repleta de tiendas y muy cercana al mercado de Bolhao, que os recomendamos si os gusta como a nosotros dar una vuelta por los mercados de las ciudades que visitamos. Está en un edificio antiguo y tiene dos plantas de puestos en los que podéis encontrar todo tipo de productos de alimentación, flores y mil cosas más que seguramente no compraréis, pero merece la pena pasarse por allí. 

Fotografía cortesía de www.oporto.net


Y como colofón del día, os proponemos cenar en la zona del río donde podréis encontrar una gran variedad de restaurantes en ambos márgenes. Nosotros os recomendamos el Bacalhoeiro que, como podréis imaginar está especializado en bacalao, pero esto os lo contaremos en otra entrada. 

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