Marylebone es conocido por albergar la casa museo de Sherlock Holmes y el archiconocido museo de cera Madame Tussaud's. Sin embargo, en mi opinión es junto con Mayfair uno de los barrios más elegantes de Londres. Me había recomendado visitarlo una antigua compañera de trabajo que había vivido muchos años en Londres. Nos acercamos la mañana en la que el viaje llegaba a su fin y ya no sabíamos muy bien qué hacer, era domingo y ya habíamos visto todo lo "importante". Fue sin duda un broche de oro y nos fuimos con ganas de volver otra vez con más tiempo para poder conocerlo a fondo.
Su calle principal es Marylebone High Street y tanto ella como las calles aledañas están llenas de pequeñas tiendas de todo tipo y estaban abiertas el domingo por la mañana. En The White Company o Brissi encontraréis objetos de decoración y ropa de casa.
Los bibliófilos y aventureros no podéis perderos la espectacular librería de viajes Daunt Books. Al más puro estilo inglés, con escaleras y estanterías de madera de roble y con un lucernario por el que entra la luz natural durante todo el día. Una visita indispensable.
También hay un montón de tiendas de ropa, independientes o de cadenas un poco exclusivas como Paul & Joe, Paul Smith, o la zapatería de bailarinas French Sole. La ropa es bastante cara, así que personalmente nosotros nos limitamos a mirar los escaparates.
Pero si por algo comienza a destacar esta zona es por ser el paraíso de los amantes de la buena mesa y los productos delicatessen. En una bocacalle de Marylebone High Street se encuentra La Fromagerie, una tienda especializada en quesos en la también podéis comprar pan, libros de cocina, hacer un brunch o tomar una comida ligera. Lástima que no nos guste el queso.
Nosotros entramos en Le Pain Quotidien. Por aquel entonces en Madrid no había ninguna sucursal y nos pareció un sitio de lo más original. Tomamos un fantástico desayuno (café y croissant relleno de almendra). Es una pena que en Madrid no tenga la misma calidad!
Y para terminar el día dimos un tranquilo paseo por el verde y florido Regent's Park. No os perdáis su rosaleda. Y no dejéis de contemplar el espectáculo de la naturaleza sentados en un banco de madera.
Y así fue como nos despedimos de esta trepidante ciudad. Espero que disfrutéis de este paseo tanto como lo hicimos nosotros.
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