Para
celebrar cada estación del año, porque todo hay que celebrarlo..., nos gusta
acercarnos a comer a Montia, y no hay ocasión en la que no salgamos
maravillados. Tenemos este rito estacional porque la oferta del restaurante,
puesto que no hay carta, solo un menú cerrado, cambia en función de los
productos de temporada. A nosotros, nos fascina el momento de sentarnos a comer
en su acogedora sala presidida por la chimenea y que nos sorprendan plato tras
plato, con sus nuevas ocurrencias.
Daniel Ochoa y Luis Moreno, sus propietarios y cocineros, tienen una filosofía
de vida que celebro que se hayan atrevido a expresar en su restaurante, porque
aunque la globalización es una maravilla para muchas cosas, lo cierto, es que
no parece muy sostenible y ¿qué sentido tiene traernos panes congelados desde
Francia si los tenemos buenísimos en Cercedilla y encima frescos, sin
conservantes ni productos añadidos? Pues esto es lo que pensaron estos dos
amigos, cuando se trasladaron hace ya unos años a vivir a El Escorial.
La vida
amable y tranquila de esta población serrana les llevó cuestionarse: por qué no
aprovechar todos los productos de pequeños productores locales y fomentar así
el negocio y la producción sostenible. Y así lo hicieron, Ochoa y Moreno nunca
compran para su restaurante productos que hayan sido cultivados o criados a más
de cien kilómetros de Madrid y si incorporan alguno, se trasladan hasta las
instalaciones del productor para comprobar que todo el proceso se desarrolla según
los parámetros de calidad que ellos buscan.
Gracias a
esta filosofía, podemos degustar en su restaurante una cerveza artesana
fabricada en Las Rozas, La virgen; un magnífico pan de kamut de Camorritos;
mantequilla de Colmenar, de La Colmenareña; o agua del manantial del monte
Abantos. Y esto nada más que para ir abriendo boca.
A
continuación, entre los primeros, puedes tener la suerte de que te toque un
huevo de boletus; brandada de bacalao y ravioli de morcilla; huevo en su propia
cáscara con guisillo de pepitoria; crema de apio, nabo y buey de mar en
tarrina; capuchino de alubia negra y nabo; paté de conejo y trompeta negra, o
buñuelo de oreja ibérica. A nosotros particularmente no nos gusta la casquería
y es de las pocas cosas que no comemos, pero madre mía lo buena que estaba esta
oreja... no sobró ni la raspa. ¡Increíble!
Entre algunos de los principales: papada confitada y
encurtidos; huevo de ganso ibérico; lechal de Colmenarejo y ensalada fresca de
quinoa; royal de paté a la cerveza Cibeles, con champiñones, higos y
cebada inflada; ventresca de bonito, con pesto de olivas verdes y tomate o un
suculento conejo a la royal con crema de remolacha, nabo y
zanahorias.
Antes de
los postres y para limpiar la boca, un té verde con pera y una increíble tabla
de quesos madrileños procedentes de la quesería de Fresnedillas de la Oliva, La
Cabezuela. La costumbre de terminar la comida con el carrito de quesos es algo
que me encanta de Francia y aquí no es frecuente encontrar restaurantes que te
la incluyan. Si además, la tabla te descubre una magnífica variedad de quesos
desconocidos para la mayoría de nuestra propia región, pues mejor que mejor. La selección que hicieron para este menú, que nosotros degustamos en el mes de marzo, es especialmente buena... Tenía mucha gana de probar el cheddar de La Cabezuela y ¡date! ellos lo tenían en su tabla... estaba buenísimo... eso sí, nada que ver con un cheddar de los que puedas encontrar en un supermercado. Este era mil veces mejor... con tanta personalidad... tanto sabor... ¡una delicia!
En Montia
encontraréis dos menús: uno corto y otro largo. El largo son 55€ por cabeza
incluyendo el vino y el corto algo más barato. Los vinos que proponen son
siempre curiosos, pero ¿no es un gran halago para un restaurante que salgas tan
encantado con la comida que no se mencione el vino? Desde mi punto de vista,
así debería ser siempre. El vino tiene que ser la guinda del pastel, pero nunca
la parte más reseñable de la comida.
Otra
particularidad de este restaurante es el servicio. Los platos los sirven los
propios cocineros. El encargado de prepararlo es quien sale a presentarlo a los
clientes. A pesar de lo que pudiera parecer, el servicio es ágil y dinámico y
el tiempo que transcurre entre plato y plato, el adecuado.
Animáos a
hacer una escapadita a El Escorial, ahora que llega el buen tiempo y a
descubrir a los cocineros revelación de 2014 en Madrid Fusión. La diversión a
la mesa y la buena gastronomía están aseguradas.
Montia
C/ Calvario, 4
28200 San Lorenzo de El Escorial
Teléfono: 911 33 69 88
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