Además de un paisaje espectacular, la gastronomía es uno de los fuertes de mi tierra. En Asturias puedes comer casi de todo y tenemos grandes cocineros que además ofrecen una cocina que no os podéis perder. Pero si hay algo que destaca lo cocinen como lo cocinen, es el pescado, y si hay un sitio dónde ir a comerlo, ese es El Candil. Toda su oferta gira en torno al pescado fresco. De hecho, no hay carta impresa, el dueño te canta con total amabilidad la oferta del día.
Una de las bondades que tiene El Candil es que oferta pescados que no son fáciles de localizar en casi ningún restaurante y en pocas pescaderías como el botón, el san martín o el rubiel. Este último preparado a la espalda fue nuestra elección junto a unos bocartinos rebozados de primero. No tengo palabras para describiros lo fresquísimo que estaba el pescado y la calidad de tenía el ejemplar que nos tocó. Además, las cantidades son todo menos escasas, de hecho, hoy tenemos para cenar las sobras que tan amablemente nos empaquetaron anoche y os aseguro que no vamos a quedar con hambre.