El vino, con moderación, siempre es bienvenido en la mesa. Bien sea para celebrar una cena romántica, un encuentro familiar o simplemente porque sí, porque te gusta saborearlo...
En mi caso, este fue uno de los vinos que descorchamos en casa las pasadas Navidades y que, a pesar de que Rioja no es nuestra denominación de origen preferida, nos conquistó a todos por su color morado intenso, sus aromas y su textura untuosa y fresca.
Un 100% tempranillo que maridamos con un menú ya tradicional en casa: cardo con almendras y confit de pato con compota de pera, pero que también podéis acompañar con una buena receta de pasta o un arroz con setas.
Os aseguro que este vino, elaborado por la bodega Castillo de Cuzcurrita en la Rioja Alta, ha pasado a estar en mi lista de habituales. Y todo esto por unos más que razonables 16,95 euros. ¿Ya lo habéis anotado?
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