domingo, 11 de noviembre de 2012

Migration Camp y el Serengeti

Es cierto que el lugar que os voy a proponer no es para hacerse una escapadita de fin de semana, pero desde luego es un sitio hasta el que merece la pena dejar volar la imaginación y visitar aunque sea en fotos. Pero si tenéis la oportunidad de visitar el Serengeti, no dejéis de elegir este hotel espectacular. 

Este otoño tuvimos la suerte increíble de visitar Tanzania. Os contaré nuestro recorrido por los distintos Parques Nacionales y el final en la playa, pero quiero empezar casi por el final del viaje porque, además de ser el parque que más nos impresionó, este hotel fue con creces el más especial de todos. 

Los masai conocían esta zona del norte de Tanzania como la "llanura sin fin" y de ahí viene el nombre de Serengeti. Y es cierto que en el Serengeti hay llanuras infinitas que parecen no terminar nunca, pero también paisajes repletos de vegetación que invita a los animales a recorrer kilómetros y kilómetros en busca de estas zonas más verdes según la estación del año. Nosotros visitamos la zona en la época seca y afortunadamente todavía encontramos a muchos búfalos, ñus, cebras, jirafas, elefantes... migrando hacia el norte del Parque ya en Kenia. Un espectáculo.






Otro de los regalos del Serengeti, fue esta escena de dos leonas con seis cachorros a los que estuvimos contemplando durante media hora. No podíamos separarnos de su lado. Fue increíble...


Y por supuesto, no puede uno irse del Serengeti sin acercarse al río Mara para intentar ver a los animales cruzando. Nosotros no tuvimos la suerte de que se animaran a dar el paso a pesar de que estuvimos esperando algo más de una hora, mientras comíamos. Pero mereció la pena ver el espectáculo dantesco de docenas de animales muertos mientras intentaban cruzar, acompañado de un olor indescriptible, todo ello aprovechado por buitres, hienas, cocodrilos y demás carroñeros. El ciclo de la vida...


Y al final del día, después de tantas emociones, llegaba la recompensa. El Migration Camp es un hotel con tiendas sobre una base de madera que se encuentra situado a los pies del río Grumeti, lo que añade un plus a este magnífico hotel, pues garantiza animales muy cerca y puesto que los hoteles no están vallados, pueden acercarse a las cabañas con toda naturalidad. Es genial llegar después de un día de traqueteos interminables y sentarse en su formidable terraza a tomar un vino o una cerveza mientras escuchas a los hipopótamos chapoteando en el río. 


                              


Esta era nuestra cabaña, era preciosa, pero si algo era realmente espectacular era bajar a desayunar y encontrarte a una jirafa haciendo lo propio entre los árboles. 



Nuestra terraza desde la que escuchábamos a los leones y desde la que vimos a un hipopótamo pastando una noche a un palmo de la cabaña. 





Las zonas comunes eran igual de espectaculares que el resto del hotel. La recepción del hotel junto a la piscina y el restaurante estaban abiertas para poder disfrutar de las vistas tomando algo o cenando. 



Fue genial poder disfrutar un par de noches de este hotel genial y de este parque impresionante. Es de esos sitios donde uno cruza los dedos para poder volver algún día. Esperemos que se cumpla. 

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